El filósofo Joan-Carles Mèlich reúne en un libro un total de 262 «fragmentos filosóficos» procedentes de sus cuadernos de notas. Se trata de una reflexión sobre la lectura, la escritura, la distinción entre moral y ética, el sentido, Dios, el infierno, la compasión, la intimidad, la finitud, el deseo, el perdón, las víctimas, la muerte…, en un género que rehúye las categorías y opta por las escenas, las imágenes, las metáforas: «un pensamiento fragmentario, abierto, no sistemático, contrario a la lógica metafísica».
Joan-Carles Mèlich publica La lectura como plegaria. Fragmentos filosóficos I (Fragmenta, 2015). Se trata de un libro que contiene 262 «fragmentos filosóficos»: un tipo de texto breve —aunque no simplemente aforístico— mediante el cual el filósofo se dirige directamente al lector sin la habitual mediación de un aparato erudito. El libro es el primer volumen de un proyecto filosófico que se desplegará durante los próximos años, y que el autor denomina «Fragmentos filosóficos».
La obra parte de los cuadernos de notas que el autor escribe desde hace treinta años, a menudo mientras lee. Mèlich ha realizado una selección de sus anotaciones manuscritas y las ha reescrito y ordenado en el volumen que presentamos.
Joan-Carles Mèlich es doctor en filosofía y letras por la Universidad Autónoma de Barcelona, donde también ejerce de profesor titular de filosofía de la educación. Entre sus libros, destacan Filosofía de la finitud (Herder), La lección de Auschwitz (Herder), Ética de la compasión (Herder) y Lógica de la crueldad (Herder). En Fragmenta ha sido uno de los editores del libro Empalabrar el mundo. El pensamiento antropológico de Lluís Duch. Desde hace quince años se ha dedicado a elaborar una «filosofía antropológica de la finitud» en sus diversas expresiones: el cuerpo, el símbolo, el placer, la alteridad, la memoria, el deseo, la contingencia, el silencio y la muerte. Un lugar especialmente importante en esta filosofía lo ocupa la ética, entendida como una relación en la que la apelación del otro rompe el orden moral, los proyectos y las expectativas del yo.
Ignasi Moreta, editor del volumen, dice a propósito del autor y de su libro: «Joan-Carles Mèlich es un filósofo de primer orden, con pensamiento propio y con un carisma innegable para transmitir sus ideas con pasión y amenidad. Sorprentendemente, no tiene en España el reconocimiento público que merece (y que sí que obtiene, por ejemplo, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México). Mèlich escribe pensando en el lector, hasta en sus anotaciones más íntimas. Su prosa no es críptica, sino que nace de un compromiso: ser al mismo tiempo significativa (aportar cosas nuevas, ofrecer un pensamiento propio con rigor) e inteligible (sre claro, pedagógico, útil para el lector). En La lectura como plegaria, el lector puede encontrar respuesta a muchas de las grandes preguntas filosóficas y éticas planteadas en la actualidad, siempre en diálogo con la tradición filosófica y literaria de Occidente. Es interesante contatar que, para Mèlich, tiene tanta o más relevancia filosófica la obra de un escritor, un músico o un artista, que la de un filósofo sistemático. En este sentido, su apuesta es la de “desistematizar” el pensamiento filosófico, liberándolo del monopolio de la filosofía académica convencional. Mantiene, además, un diálogo muy fecundo con la religión. Lo muestra un fragmento como este, que cierra el libro: «¿Somos imagen de Dios? Quizá sí, pero no de un Dios bueno y amable, sino cruel, vicioso y corrompido.» Con este fragmento, Mèlich utiliza subversivamente la idea del hombre como ser creado a imagen y semejanza de Dios para ofrecer un retrato despiadado de la condición humana.»
El próximo 5 de marzo el director del Institut Ramon Llull, Àlex Susanna, la periodista Eva Piquer y Joan-Carles Mèlich presentarán ‘La lectura como plegaria’, en la librería Documenta (Pau Claris 144), de Barcelona.